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febrero 10, 2010

El universo no tiene ombligo

Me tomé la molestia a falta de algo que hacer, de pasarme lo que resta del día de… ayer, buscando en cada rincón de este blog dónde chingados dice “tienes que leer lo que dice aquí awebo”. Quien escribe no lo hace con intenciones de agradarle al mundo (o al menos no debería) y yo sentando en este blog del tamaño de un barquito de papel que tan pretencioso podría ser.

Siempre me ha resultado molesto que me digan lo que debo leer, pero lo que verdaderamente me re-patea las bolas es que siquiera me sugieran sobre que sí o que no he de escribir.

Los cánones de la literatura (del libro “Los cánones de la literatura”) señalan que un escrito está compuesto por: el que lo escribe, quien o lo que lo inspira, una constante variedad titánica, trasatlántica, supercalifrastilistica de conjugaciones de letras y finalmente por quien(es) interesa que lo lea(n) y en esta última parte de la ecuación infinidad de ocasiones nos quedamos fuera (y otras dentro sin darnos cuenta).

Claramente todo lo escrito aunque sea en papel de baño fue escrito para ser leído, pero lo leído no siempre fue escrito para todo el que lo lee. Me tendrá verdaderamente consternado pensar que si un día se me ocurre escribirle algo al tan popular fruto que es el plátano sientas que te lo estoy restregando en la cara.

Los científicos y los expertos maestros estudiosos de lo desconocido han llegado a la conclusión de que en definitiva el universo no tiene ombligo, por lo tanto y aunque pueda antojarse imposible yo no he escrito para ti, para ti tal vez y para ti sí, pero para ti no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ooopss, yo era la vez pasada, disculpa, tenía tan solo unos minutos de haber terminado "malacara" de fadanelli, inmediatamente al leerte rasqué la comezón del gen del castre, no lo hice con malas intenciones, lamento haber sido tan tonta, no era mi intención, fué solo castre y nada más, sabes que no pienso así.

Un abrazote
Blanca =)

elmonigote dijo...

La cosa es que tu eras la única que podía quejarse pero no dijiste que eras tu.

 


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