Esa madre es de un momento, un avispazo que va en ese segundo en que te mira, en esa risa juguetona seguida de un silencio, en los instantes primeros de esa canción, cuando el alcohol te/nos adormece el equilibrio y los labios.
Momentos centellantes en que pasabas la mano por su cara recogiendo los girones de cabello y te miraste en sus ojos mirando cómo es que se te va desmayando la vida en ese recorrido imaginario, que te lleva hasta la punta carnosa de su lengua.
Ese tan efímero y puto instante que no avisa que el que te quedes sin o con el, sentenciará si terminas con un café/té que sabe a un lunes impasible de enero o con un beso que te deja estúpido y abrilizado.
Ashh.. con el corazón raro
Hace 11 años.