Quisiera poder transmitirte esto que provocas en mí, quisiera poder regalártelo en cada beso, en cada gesto, en cada abrazo. Que pudieras ver en mis ojos que no hay otra persona que me haga, ni que me haya hecho sentir tanto como siento hoy.
Que se desbocan de mi lengua, de mis lágrimas, las ganas de amarte, de besarte, de contarte tonterías, de hacerte sonreír.
Quisiera contarte de cómo por las tardes tú timidez, tu ternura, tus bríos, hacen que mis ojos se llenen de ti y de cómo por las noches tu olor hace que se acurruquen con él a dormir.
Como no querer a quien te enseña a ser mejor, a amar mejor y que por si fuese poco sabe a dulce de limón.
