Nos reportaron que una vecina llamó a eso de las 2 y algo de la mañana porque en el transcurso de la madrugada estuvo escuchando el ruido de un tambor en el departamento de al lado.
Primero tocamos y nada, cuando entramos había música en la habitación, luego nos dimos cuenta que venía del celular que se encontraba junto a la mano inerte; un caso extraño, el doctor al que llamamos nos explicó que el corazón le jugó una broma al pobre muchacho, fíjese, primero a galope tendido, después dejó de latir lo suficiente para hacerle creer que moría hasta que finalmente lo convenció. Nosotros que fuimos los primeros en llegar encontramos el corazón aún latiendo, por eso no pensamos que estuviera muerto si no somos pendejos; el doctor le calculó varias horas así, como él djio: "Bien frio y latiendo para cualquier lado". No me va a creer pero bajándole a la música de veras parecía que el corazón quería decirnos algo, después se fue apagando solito.
Me puse los guantes blancos para no contaminar los trozos de las letras que yacían ahí en el suelo, tenían la alegría mutilada y desparramada por toda la escena del crimen, que después iban a resultar ser del tipo aquel tirado en la cama, con el oído pegado a la almohada. No hallamos ni una sola mirada , pintura de labios o perfume que gritara su nombre, algo que la incriminara; sus letras ni siquiera parecían haber llegado a tocarla. Pobre infeliz, creo que como él igual fracasamos señor, porque o ella no quiso dar pistas o no las supimos ver.
El pendejo de Luis luego luego decía "quesque" suicidio a mano armada con premeditación, alevosía y ventaja y en doble fila. La verdad de ninguna manera fue suicidio señor ¿Qué cómo lo sé? Pues por las letras, lo que decían y por la misma razón que sé que fue fémina, porque una muerte así sólo puede llevar nombre de mujer.
Primero tocamos y nada, cuando entramos había música en la habitación, luego nos dimos cuenta que venía del celular que se encontraba junto a la mano inerte; un caso extraño, el doctor al que llamamos nos explicó que el corazón le jugó una broma al pobre muchacho, fíjese, primero a galope tendido, después dejó de latir lo suficiente para hacerle creer que moría hasta que finalmente lo convenció. Nosotros que fuimos los primeros en llegar encontramos el corazón aún latiendo, por eso no pensamos que estuviera muerto si no somos pendejos; el doctor le calculó varias horas así, como él djio: "Bien frio y latiendo para cualquier lado". No me va a creer pero bajándole a la música de veras parecía que el corazón quería decirnos algo, después se fue apagando solito.
Me puse los guantes blancos para no contaminar los trozos de las letras que yacían ahí en el suelo, tenían la alegría mutilada y desparramada por toda la escena del crimen, que después iban a resultar ser del tipo aquel tirado en la cama, con el oído pegado a la almohada. No hallamos ni una sola mirada , pintura de labios o perfume que gritara su nombre, algo que la incriminara; sus letras ni siquiera parecían haber llegado a tocarla. Pobre infeliz, creo que como él igual fracasamos señor, porque o ella no quiso dar pistas o no las supimos ver.
El pendejo de Luis luego luego decía "quesque" suicidio a mano armada con premeditación, alevosía y ventaja y en doble fila. La verdad de ninguna manera fue suicidio señor ¿Qué cómo lo sé? Pues por las letras, lo que decían y por la misma razón que sé que fue fémina, porque una muerte así sólo puede llevar nombre de mujer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario